Los Polacos

Hoy voy a hablar brevemente sobre los Polacos que vivieron aquí, sí, afortunadamente ya se han ido v(^o^)v

La verdad es que no se portaron tan mal, pero es que son de aquél tipo de personas que tienen algo que no acaba de mola, y en éso coincidimos mí compi de piso franchute.

Pues bien, la historia se remonta a cuando me trasladé a la casa de Kagura Zaka, allí dónde se supone que hay Geishas por la calle y ruedan una serie. Lo que pasó es que un buen día después de llegar del entreno, me encuentro a ésta pareja echando un vistazo al piso. Yo me dirigí en inglés, pero para mi sorpresa me contestaron en español! (^.^) Me dijeron que estaban mirando el piso y tal y tal… y que vivieron durante X tiempo en Y sitio de España. La X y la Y es porque no pude entender lo que me dijeron (^^;) juas juas! Más tarde me enteré de que valor tenía las variables X e Y: X = 3 años, Y = Tenerife. Se fueron y me preguntaron dónde iba a quedarme después de que pasara ésa semana y yo les dije que en el piso de Akebonobashi (dónde vivo ahora).

El día que me trasladé otra vez a Akebonobashi y me dió un mal feeling cuando me enteré que los Polacos iban a quedarse en la habitación de al lado (>_<) Y yo que pensaba que estaría tranquilo... Parece ser que al hablar Español les molaba más, pero lo cierto es que la zona de Kagura Zaka es mucho mejor para vivir que aquí. Yo estoy aquí por lo del Aikido, pero bueno, ellos mismos. Al día siguiente llegaron y todo muy bien, lo típico: «hola, qué tal!?…» Lo chungo fue por la noche, ya que después de haberme pasado 5 horas por mi barrio favorito (léase Akihabara) y con unas ganas enormes de descansar bien para el día siguiente, me despiertan unas voces cibernéticas acompañadas de unas risas a un volumen algo excesivo para la 1 de la madrugada. Sí señores, parece ser que en Polonia no tienen mucho sentido común. La cuestión es que me cabreé mucho, pero esperé para ver que pasaba… ¿qué pasó? pues que la cosa seguía. Decidí poner orden y me levanté para decirles que se callaran. Llamo a la puerta, y se presenta la tía con turbante o no sé en la cabeza toda contenta. Voy y le digo «oye, que estaba durmiendo y me habéis despertado. No son hora de hablar tan alto. Bajad el volumen» y la tía me dice: «ah! o se oye? Vale. Adiós» Yo flipé de la poca educación. La cuestión es que me quedé con las ganas de gritar, pero me sé controlar. Hay que ser diplomático… a veces (^_^;) Al día siguiente, como si no hubiera pasado nada. Ya se sabe, la gente que tiene más cara que espalda sule hacer éso. No creo que todos los Polacos sean iguales, pero si lo son, nos tenemos que preparar ya que el señor Zapatero en su día dio luz verde para que vayan a trabajar a España… El franchute no solía hablar mucho (ahora ya se ha soltado), pero sin embargo me dio las gracias por hacerles callar. Según él también estuvo a punto de llamarles la atención, pero creo que es de las personas que se tragan lo que haga falta.
Por lo menos ya no dieron más la lata en ningún momento, así que chicos no hay que callarse nunca, que como te dejes pisar una vez no van a dejar de hacerlo.

A parte de éso, hay que decir que era bastante sucios y poco respetuosos con lo japonés. En concreto, ya se sabe, que en Japón hay que quitarse los zapatos antes de entrar en casa. Pues bien, ésta gente se lo pasaba por el forro y se iban a su habitación con la botas puestas. No veas como cantaba la cosa, se notaba un huevo. Así dejaban la casa llena de mierda.

A pesar de éso, conmigo se portaron bien y fueron cordiales. El pavo de vez en cuando me daba pelis para ver, ya se sabe, bajada de Internet.

Se fueron y ahora hay una pareja de Bosnia… llegaron anoche y no los he visto aún, pero por lo menos no son nada ruidosos. Éso sí, como se levanten cada día a la misma hora que yo, me va a tocar las pelotas para ir al baño. Ya lo veremos.

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